¿Por qué cerramos los ojos cuando nos besamos?

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Anonim

Olvida el crescendo y la máquina de viento: lo que realmente hace que un beso sea épico es no ver cómo sucede. Mira a cualquier pareja besándose y verás que, la mayoría de las veces, sus ojos están muy apretados. Una nueva investigación revela que esto no es solo un comportamiento romántico aprendido: nuestros cerebros saben que si queremos disfrutar realmente de la experiencia, tenemos que intentar apagar nuestros otros sentidos.

Las investigadoras Sandra Murphy y Polly Dalton de la Universidad de Londres publicaron recientemente un artículo sobre el tema en la Revista de psicología experimental: la percepción humana y el rendimiento.

Debido a que el mundo es tan sensorial que no podemos percibir todo lo que nos rodea simultáneamente, Murphy y Dalton investigaron si la atención selectiva nos haría priorizar información diferente, como elegir enfocarnos en la naturaleza táctil de un beso en lugar de mirar su taza de la pareja.

Los psicólogos terminaron encontrando la primera demostración sólida de "entumecimiento en la atención": el momento en que la conciencia de experimentar un evento táctil se reduce porque otros sentidos aún tienen algo de su atención.

El experimento de Murphy y Dalton en realidad no involucró a sus participantes besándose. En cambio, los participantes realizaron tareas visuales mientras intentaban detectar simultáneamente una vibración en sus manos. A medida que las tareas visuales se hicieron más difíciles, los participantes empeoraron cada vez más al sentir las vibraciones. Esto llevó a los investigadores a concluir que el bloqueo de la información visual proporciona el poder cerebral necesario para experimentar otros sentidos.

La investigación apoya la conclusión de que las personas cierran los ojos cuando se besan por las mismas razones. "Estos resultados podrían explicar por qué cerramos los ojos cuando queremos centrar la atención en otro sentido", dijo Dalton. The Sunday Times. "Cerrar la información visual deja más recursos mentales para centrarse en otros aspectos de nuestra experiencia".

Si bien es divertido pensar en cómo nuestros cerebros trabajan inconscientemente para mejorar nuestros arreglos, Murphy y Dalton tienen planes más grandes para su investigación. Es decir, piensan que se puede aplicar a los diseños de tecnología para automóviles y aviones. Una cantidad cada vez mayor de estas máquinas está incorporando información de advertencia táctil, también conocida como retroalimentación háptica.

La nueva investigación conlleva la implicación de que la retroalimentación háptica puede no ser del todo útil, ya que el zumbido de advertencia que sentimos en la rueda motriz podría reducir nuestra capacidad de percibir visualmente lo que está sucediendo en la carretera.

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