Los nuevos hallazgos muestran que Europa es más como la Tierra de lo que alguna vez supimos

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Anonim

Solo hay una roca que los científicos consideran oficialmente habitables en el sistema solar: la Tierra. Sin embargo, tiene sentido: este planeta es el único lugar con un historial comprobado para alentar la evolución y proporcionar un hogar sostenible para la vida. Pero eso no significa que esos vecinos siempre fueran terrenos baldíos incapaces de albergar organismos. Muchos científicos, por ejemplo, piensan que Marte podría tener una antigua historia de habitabilidad cuando estaba empapado en vastos océanos y lagos.

Resulta que hay algunos otros mundos en el universo que poseen algunas cualidades similares a la Tierra. Caso en cuestión: la luna de Júpiter Europa. Un nuevo estudio publicado en Cartas de investigación geofísica ilustra que la roca helada que orbita alrededor del gigante gaseoso más grande del sistema solar podría poseer la energía química necesaria para ayudar a impulsar y fomentar el crecimiento de la vida.

Muchos expertos creen que Europa ya alberga un océano profundo de agua líquida salada debajo de la cubierta helada que cubre la mayor parte de la superficie. Obviamente, cualquier conversación sobre el agua lleva a la especulación sobre si la vida podría existir en ese entorno, o si tal vez ya existe. Al estudiar los ambientes oceánicos, los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, evaluaron el potencial de Europa para producir hidrógeno y oxígeno, dos ingredientes clave para la vida tal como lo conocemos, mediante un proceso llamado serpentinización (en el que el agua se filtra en las grietas entre los granos minerales). para reaccionar con la roca y formar nuevos minerales que liberan hidrógeno como un subproducto). El nuevo estudio encontró que esos potenciales eran relativamente comparables: la producción de oxígeno era aproximadamente 10 veces más alta que la producción de hidrógeno.

Los hallazgos sugieren que el interior de Europa es en realidad bastante similar al de la Tierra. Si las condiciones son las adecuadas, existe la posibilidad de aprovechar esos rasgos inherentes y convertir la Luna helada en un mundo habitable.

¿Cuáles serían exactamente esas condiciones? Es curioso que se pregunte: otro estudio publicado esta semana recientemente predijo que Europa (y otros mundos similares en el sistema solar) podría convertirse en un planeta habitable en unos pocos miles de millones de años cuando el sol crezca y los globos se conviertan en un gigante rojo.

Básicamente, un sol rojo más grande puede exponer a Europa al calor suficiente para que la superficie helada se derrita, permitiendo que el agua líquida se acumule y conduzca a un ambiente donde los organismos puedan crecer y reproducirse con relativa estabilidad.

No hay manera de probar que este último escenario sea verdadero a menos que estemos alrededor de otro par de miles de millones de años para ver cómo el sol se convierte en un gigante rojo (y destruye la Tierra en el proceso). Pero en cuanto al potencial del mar salado de Europa para engendrar vida, podemos resolverlo enviando una sonda a la luna para hacer un análisis más detallado. La NASA quiere llevar a cabo una misión de este tipo en algún momento de la década de 2020, pero queda por ver si esa misión realmente despegará, literalmente.

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