Una nueva investigación sugiere que los adolescentes antisociales tienen un desarrollo cerebral diferente

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Anonim

No es solo un mal comportamiento, los adolescentes antisociales tienen estructuras cerebrales diferentes a las sociales.

Este nuevo estudio de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Southhampton se publicó hoy en el Revista de psicología infantil y psiquiatría. Los dos equipos de investigadores estudiaron de forma independiente poblaciones separadas de adolescentes varones con trastornos de conducta que tenían entre 13 y 21 años de edad. Los investigadores encontraron diferencias en la estructura del cerebro entre los adolescentes con trastorno de conducta y los adolescentes promedio.

En total, los equipos observaron los cerebros de 95 adolescentes varones con trastorno de conducta, un trastorno de conducta con una conducta agresiva o destructiva persistente. Los investigadores compararon las IRM de los cerebros de estos adolescentes antisociales con las RMN de 57 adolescentes promedio. Estaban buscando diferencias en las tasas de desarrollo de la estructura cerebral, asumiendo que las regiones que se desarrollan a la misma velocidad tendrían un patrón de grosor similar.

En las IRM, encontraron diferencias en el grosor de la región externa del cerebro, llamada corteza. En comparación con los adolescentes promedio, encontraron que los adolescentes que desarrollaron un trastorno de conducta cuando eran niños tenían cortezas que eran más similares en grosor, y los adolescentes que desarrollaron un trastorno de conducta en la adolescencia tenían cortezas que eran más variables en grosor. Esto sugiere que la tasa de desarrollo es diferente en adolescentes con trastornos de conducta.

Entonces, ¿qué significa esto? Los investigadores no están del todo seguros. Pero Graeme Fairchild, un psicólogo de la Universidad de Southampton, dice que sus hallazgos sugieren que el diagnóstico llamado trastorno de conducta es un verdadero problema psiquiátrico, y no solo una exagerada rebelión de adolescentes.

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