La limpieza de Fukushima prueba que los robots y los humanos comparten una debilidad: la radiación nuclear

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Traje robótico para limpiar Fukushima

Traje robótico para limpiar Fukushima
Anonim

Incluso un robot especialmente diseñado para maniobrar en el núcleo de los reactores nucleares en Fukushima, Japón, que se derritió en 2011, no pudo soportar la radiación. El robot nadó bajo el agua y corrigió alrededor de los obstáculos, pero tan pronto como llegó al núcleo, la radiación atravesó su cableado, dejándolo inoperable.

Toshiba lanzó el enorme robot que iba a volver a poner en marcha el proceso de desmantelamiento tras una larga serie de retrasos en enero. Equipado con dos brazos grandes, el robot fue diseñado para penetrar en el núcleo nuclear y usar sus brazos para cortar cada una de las 566 barras de combustible nuclear en pedazos. Sin embargo, al igual que para sus antecesores robos, la radiación demostró ser demasiado difícil de manejar. Es al menos el tercer robot empleado para ayudar en la limpieza que se ha roto en el reactor.

Los robots han desempeñado un papel clave durante mucho tiempo en el desarrollo y uso de la energía nuclear, por lo que es algo sorprendente que la radiación haya hecho que los bots trabajen tan poco. Los robots ayudan en las centrales nucleares, desmantelan las armas nucleares e incluso desempeñan un papel en las pruebas de radiación. Por lo tanto, el hecho de que las autoridades japonesas no se hayan dado cuenta de que estaban enviando robots condenados simplemente puede demostrar cuán peligroso puede ser el núcleo fundido de un reactor nuclear. Dado que las barras de combustible se derritieron a través del núcleo, nadie sabe exactamente dónde están, por no hablar de cuánta radiación están arrojando.

Con los esfuerzos para abordar la pérdida continua de radiación detenida, la atención vuelve al otro intento de alta tecnología para contener las consecuencias. Japón está construyendo la pared de hielo más grande del mundo alrededor de los reactores para contener la radiación que se derrama hacia el océano. El proceso de construcción del revestimiento exterior del muro terminó en febrero, y las autoridades planean comenzar a bombear agua a finales de este año.

En mayo pasado, el organismo de control nuclear de la ONU criticó la limpieza de la lluvia nuclear, y ahora con humanos y robots incapaces de acercarse al núcleo mismo, la pared de hielo es la mejor esperanza para la contención. En cuanto al final real de la fuga, vamos a necesitar una nueva idea.

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