ADN muestra que los camellos serán los supervivientes del cambio climático en el desierto

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Historia de la domesticación animal

Historia de la domesticación animal
Anonim

Usualmente, cuando los humanos se meten con la naturaleza, la naturaleza termina siendo más pobre por ello. No es así en el caso del dromedario, ese camello malhumorado que ha ayudado a los humanos con el transporte, la comida y la supervivencia en el desierto durante miles de años. El dromedario domesticado no solo sobrevivió a su contraparte salvaje, sino que lo hizo manteniendo un nivel sorprendente de diversidad genética, según un nuevo estudio publicado por procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.

Normalmente, la domesticación de un animal salvaje tiene un costo para la diversidad genética. Los animales geográficamente más cercanos a la población de origen silvestre mostrarán los niveles más altos de diversidad, con disminuciones a medida que se mire más allá. Esto tiene sentido: cuanto más separado está un animal de los primos salvajes, más probable es que sea más consanguíneo. La falta de diversidad genética hace que los animales sean menos resistentes frente a las enfermedades y al cambio ambiental.

El dromedario es especial por un par de razones. El más grande está relacionado con su uso: durante miles de años, los camellos fueron los "barcos del desierto", que transportaban personas y mercancías a miles de kilómetros a través del norte de África y Oriente Medio. Debido a que los camellos eran nómadas, fueron capaces de cruzarse con poblaciones distantes, lo que permitió una revitalización saludable de la reserva genética. Los investigadores secuenciaron el ADN de más de 1,000 dromedarios en todo el rango del animal y encontraron poca variación fenotípica geográfica, con la única excepción de África del Este, donde la población local ha estado relativamente aislada.

El dromedario salvaje ya estaba en camino hacia la extinción cuando ocurrió la domesticación, hace aproximadamente 3,000 años. Las cepas salvajes se extinguieron hace unos 2.000 años. Pero durante los 1.000 años de superposición, las poblaciones no estaban completamente separadas. Los investigadores descubrieron que las poblaciones domesticadas se reabastecían ocasionalmente de la naturaleza, lo que permitía la adición continua de la variación genética.

Es irónico que un animal que se hubiera extinguido sin la intervención humana ahora se encuentre entre los mejores adaptados para un mundo de cambio climático inducido por el hombre. La Tierra del futuro se está calentando y los desiertos se están expandiendo, tanto por el cambio del clima como por el uso de la tierra y las prácticas agrícolas. Los dromedarios se adaptan naturalmente a un clima cálido y seco, y como resultado podrían ser socios asombrosos para los humanos en un mundo cambiante, proporcionando alimentos y transporte para las comunidades en áreas donde el potencial agrícola es marginal.

Los dromedarios se adaptarán mejor al mundo futuro debido a la variación genética que es el resultado de su historia como vagabundos del desierto. Tener una gran variedad de genes en una población aumenta las probabilidades de que al menos algunos de ellos estén bien adaptados al entorno cambiante. Estos sobrevivientes transmitirán sus buenos genes a la descendencia, lo que permitirá que crezca una población que se adapte bien a la nueva condición ambiental.

Nuestros ancestros humanos una vez salvaron al dromedario de la extinción. Ahora es su turno para salvarnos.

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