¿Qué es una creencia? ¿Se deben respetar las creencias?
El conocimiento popular y la investigación científica han perpetuado la creencia de que el rostro que una persona hace cuando tiene un orgasmo es el mismo que cuando está sufriendo. Para el psicólogo social José-Miguel Fernández-Dols, Ph.D., y sus colegas, esto parecía una paradoja de la mente humana. Si un estímulo es doloroso y el otro placentero, ¿cómo podría manifestarse de la misma manera en el rostro humano? En un nuevo estudio sobre caras y dolores en procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias, esbozan su respuesta a este enigma.
Cuando comenzaron su investigación, Fernández-Dols, de la Universidad Autónoma de Madrid, y sus colegas no tenían la intención de perturbar las concepciones populares sobre la cara del orgasmo. El orgasmo mismo, cuenta. Inverso, no era realmente el punto Querían saber si el dolor y el orgasmo realmente se veían igual en los rostros humanos y, lo que es más importante, querían saber por qué lo hicieron o no.
Hay estudios que apoyan la idea de que las expresiones faciales producidas durante el dolor y el orgasmo son indistinguibles, pero el estudio del equipo lo refuta. Al ir más allá de las diferencias en la expresión facial, muestran que la forma en que las personas representar mentalmente - cómo ellos pensar La expresión facial debe tener un aspecto: el orgasmo o el momento doloroso pueden diferir ampliamente. Además, muestran que la cara del orgasmo en realidad varía según las culturas.
"El estudio muestra que las personas tienen una representación mental distinta de la expresión del dolor, que parece tener una consistencia intercultural, al menos entre los dos grupos que se toman muestras, y una representación distinta del placer sexual", dice Fernández-Dols.
Primero, el equipo creó un "generador de movimiento facial" computarizado que sintetizaba una cara al seleccionar una combinación de movimientos finos de cara, como levantar las cejas, arrugar la nariz o estirar el labio. Luego, un total de 40 observadores, la mitad de los cuales se identificaron con la cultura occidental y la otra mitad con el este de Asia, observan 3.600 pruebas de estas caras.
Con cada arruga de la nariz y el estiramiento del labio, se pidió a los espectadores que identificaran la cara como una que muestra dolor, un orgasmo o alguna otra experiencia. Su tarea de seguimiento fue describir en qué medida el rostro se correspondía con su representación mental de la experiencia: tipo de como un orgasmo, o es seguro un orgasmo?
Mientras que algunos participantes se esforzaron por identificar cómo se ve una cara con dolor, el grupo llegó a un consenso. Pero cuando se trataba de una persona que experimentaba un orgasmo, no estaban tan unidos: la gente de las culturas occidentales solía elegir rostros con los ojos abiertos y las bocas abiertas, y las personas de las culturas de Asia oriental eligieron rostros sonrientes con los labios apretados.
Fernández-Dols dice que solo estudios adicionales pueden explicar las diferencias en las representaciones mentales de la cara o, especialmente porque cualquier similitud o diferencia entre culturas podría deberse a factores tanto biológicos como culturales. Pero por ahora, él y su equipo tienen algunas hipótesis.
"La expresión del dolor podría tener una relevancia más adaptativa que la expresión del placer sexual", dice. "Por otro lado, la expresión del dolor podría ser más visible que la expresión del placer sexual".
La conclusión significativa, argumenta Fernández-Dols, es que "los humanos desarrollan representaciones mentales sólidas y consensuales que tienen vida propia, con importantes consecuencias para la conducta humana". El estudio se enfrenta a estudios que sostienen que las conductas faciales transmiten emociones emocionales universales. Mensajes que todas las personas pueden entender.
Como muestran las diferencias en la representación mental de cara a cara entre las culturas de Asia oriental y occidental, las expresiones faciales no tienen un significado universal en todas las culturas. Es posible que algunos de ellos puedan, pero por ahora parece que la cara del orgasmo puede ser diferente, según quién la tenga o quién la esté mirando.
Resumen del estudio:
La distinción entre emociones positivas y negativas es fundamental en los modelos emocionales. Curiosamente, el trabajo neurobiológico sugiere mecanismos compartidos entre las emociones positivas y negativas. Probamos si se produce una superposición similar en las expresiones faciales de la vida real. Durante las intensidades máximas de la emoción, las situaciones positivas y negativas fueron discriminadas con éxito de cuerpos aislados pero no de caras. Sin embargo, los espectadores percibieron positividad ilusoria o negatividad en las caras no diagnósticas cuando se ve con cuerpos. Para revelar los mecanismos subyacentes, creamos compuestos de caras negativas intensas combinadas con cuerpos positivos, y viceversa. El afecto percibido y la mímica de las caras se modificaron sistemáticamente en función de la emoción de su cuerpo contextual. Estos hallazgos desafían los modelos estándar de expresión de emociones y resaltan el papel del cuerpo en expresar y percibir emociones.
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