'Parar y prenderse fuego': "Trabajar para la represión"

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Anonim

Los ideales revolucionarios de Mutiny finalmente fueron empujados. No importa la cantidad de música punk que se escuche en todas las escenas, la cantidad de comentarios de "familia" o que ninguna persona esté por encima de otra, Mutiny fue, es hijo de Cameron. Ella se enfrentó en privado a Donna a principios de esta temporada y solo se comprometió de mala gana cuando su función, Comunidad, parecía estar despegando. Pero esos desacuerdos deberían haber sido una buena advertencia, ya que no importa la oferta, ella no va a comprometer a su compañía.

Joe llega a Mutiny con una oferta que le daría a la empresa una estabilidad financiera que nunca ha experimentado. Cameron, siempre escéptico, lleva a la compañía a un frenesí, calificando a la potencial infusión de capital como "agotadora" y rompe la hoja de ofertas de Joe. Pero el resto de los empleados eventualmente reconstruyen el contrato y se sorprenden al ver cuánto dinero ($ 5 millones) se les ofrecía a su manera. Además del hecho de que Cameron posee el 90 por ciento de la compañía, una compañía a la que se les ha dicho que también es suya, ahora sienten que sus contribuciones no tienen sentido. Joe intenta atraer a Bosworth y Tom, pero como Mutiny está en una votación por la compañía, se apresuran a ir a ver a Lev, que fue golpeado por una pandilla de bros que pretendían conversar con él en línea. En el hospital, Joe acude a ver a su compañero de trabajo y le ofrece una advertencia a Cameron sobre este posible acuerdo.

El motín estuvo a la vanguardia del espectáculo esta semana, pero la apertura aborda rápidamente el problema central de la salud en declive de Gordon. Donna parece tomarlo tan bien como se podría sospechar, aunque ella, como Gordon, no está exactamente segura de cómo se manifestará esto. Su madre es menos receptiva a las noticias y enumera una serie de locas acrobacias de Gordon que Donna reprime, porque todos esos momentos no fueron episodios de locura, sino demostraciones atractivas que hicieron de Gordon la persona que amaba. Las peculiaridades no se explican por una enfermedad. Gordon continúa avanzando en el espacio de hardware desde su garaje, pero incluso Donna quiere estar segura de que no volverá a comprometerse con otro proyecto.

La subparcela más débil de la temporada es la extraña mezcla de relaciones comerciales y personales entre Joe, el millonario petrolero Jacob Wheeler y su hija Sarah. La confusión inicial que Donna y Gordon expresaron acerca de su relación se suma a la sensación de que Sarah es solo un medio para un fin para Joe. Pero esa dinámica de poder es un problema que muchos de estos personajes enfrentan. Y cuando el episodio se cerró, Cameron, en la oficina de Mutiny, declaró sin rodeos que no estaba vendiendo su empresa. Esa dinámica de poder mostró que no importa la retórica, el motín nunca fue una revolución, ni siquiera una democracia.

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