Las especies de ballenas antiguas 'Echovenator' tuvieron audición ultrasónica y usaron ecolocación

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El impresionante ataque de una manada de orcas a una ballena jorobada y su cría

El impresionante ataque de una manada de orcas a una ballena jorobada y su cría
Anonim

Los científicos han descubierto el cráneo fosilizado de una ballena antigua de 24 a 27 millones de años, lo que demuestra que la ecolocación evolucionó muy pronto entre los depredadores de ballenas dentadas. El espécimen extraordinariamente bien conservado tenía 39 dientes intactos y se encontró en una zanja de drenaje de Carolina del Sur. Se describe por primera vez en un artículo publicado el jueves en Biología actual. Los autores del estudio nombraron a la bestia. Echovenator Sandersi, el "cazador de ecos".

Los científicos estadounidenses y franceses analizaron los huesos preservados del espécimen, incluidas las estructuras diminutas de la oreja. Descubrieron que los huesos de la oreja tenían estructuras que le permitirían escuchar un sonido de alta frecuencia, similar a las ballenas dentadas que viven hoy en día. Además, encontraron estructuras faciales en el cráneo que indican la presencia de sacos de aire que habrían permitido a los animales producir un ruido ultrasónico y usar esto como sonar para localizar y perseguir a las presas.

Los investigadores también compararon su espécimen con otras 23 especies de ballenas extintas o vivas, así como con el pariente vivo más cercano de las ballenas: el hipopótamo. Su análisis mostró que los primeros ancestros de la ballena, los arqueocetas, podían escuchar a altas frecuencias, incluso antes de que el grupo se dividiera en variedades dentadas y de barbas, y mucho antes de que las ballenas dentadas desarrollaran la capacidad de producir sonido de alta frecuencia.

Aquí es por qué esto es sorprendente: solo las ballenas dentadas (odontocetes) usan la ecolocación para navegar por los mares en estos días, y las ballenas de ballena (misticetos) generalmente escuchan en el rango normal. La ecolocación es más efectiva a altas frecuencias, por lo que los murciélagos desarrollaron independientemente la capacidad de producir y escuchar el ruido ultrasónico. Pero la ecolocalización también funciona en las frecuencias en el rango humano normal, por lo que algunas personas ciegas comenzarán espontáneamente a hacer chasquidos como una forma de sentir su espacio físico.

Podría suponer que la ecolocación también habría surgido en las ballenas, con la selección natural haciendo lo suyo durante muchas generaciones para favorecer a las personas que escuchan en frecuencias más altas. Pero esto, según estos nuevos hallazgos, no fue el caso. Parece ser que hubo una ventaja al escuchar ruidos agudos muy poco después de que los antepasados ​​terrestres de las ballenas se lanzaran al mar.

Algunas especies de presa, tanto de ballenas dentadas como de murciélagos, tienen la capacidad de escuchar, pero no hacer, el ruido ultrasónico, supuestamente evolucionado para evitar mejor a los depredadores. Si las ballenas antiguas encontraban que el mar en el que se encontraban estaba lleno de ruidos de alta frecuencia que podían escuchar, ¿quién o qué los estaba haciendo? Esa es otra pregunta para que otro fósil responda.

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