Un poco de tu cerebro piensa que los legos son reales

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Lo que nos aportan las neurociencias con Jose Ramón Gamo

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Anonim

Los Legos son muchas cosas: las estrellas de las películas taquilleras, los bloques de construcción de algunos inventos muy interesantes, e incluso las cosas que conforman el arte político poderoso.

También son, decididamente, no reales.

Y sin embargo, una pequeña parte de tu cerebro cree que las diminutas personas de plástico amarillo del mundo de Lego son, de hecho, reales. Si crees que eso suena loco, puedes culpar a tu cerebro. O simplemente abrázalo y recuerda que todo es increíble, todo es genial cuando eres parte de un equipo.

Este fenómeno de Legos como realidad fue explorado en un estudio reciente publicado en Revista canadiense de psicología experimental. Los investigadores hicieron que docenas de estudiantes de pregrado participaran en tres experimentos que giraban en torno a la misma tarea: mirar imágenes estáticas en blanco y negro, algunas con "personas" de Lego y otras con "no personas" de Lego. Los distintos experimentos intentaron ocultar el Lego personas de diferentes maneras: volteando sus caras, combinando bloques de Lego con el tamaño y el color de las personas de Lego.

Pero en cada experimento, las personas humanas pudieron localizar a las personas lego significativamente más rápido que los otros objetos: árboles, torres y cosas por el estilo. Esto llevó a los investigadores a concluir que, en algún lugar del cerebro, Las personas de Lego se superponen con nuestra percepción de los objetos animados.

Esta prueba de Lego viene con algún precedente. La atención humana a los objetos animados e inanimados se ha probado de manera similar: en un procedimiento anterior en el que se les pedía a las personas que detectaran cambios en imágenes rápidamente alternativas, observaban constantemente cambios en los animales que eran más rápidos y más precisos que los cambios en objetos inanimados.

Los investigadores suponen que este es un rasgo evolutivo: nos sirve para prestar más atención a las cosas que respiran. Más técnicamente se llama "sesgo de monitoreo animado", el proceso en el que nuestros cerebros juzgan lo que es importante en función de categorías tan importantes como comer, aparearse y mantenerse con vida.

Queda por verse si se producirían los mismos resultados para otros juguetes formados por humanos o si las personas que nunca han interactuado con Legos tendrían la misma reacción. Estamos programados para ver caras en objetos inanimados, un fenómeno psicológico que insinúa nuestro deseo interminable de personificar el mundo que nos rodea.

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